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“Me vi envuelto en un juego de palabras”, explica “El Salvaje”

  • Solo trató de ayudar a la víctima de un “secuestro exprés”

Redacción.- Adán Cirilo “El Salvaje” Hernández Belmares, explicó a Plurinominal sobre los hechos en los que a inicios de la semana pasada recobró su libertad.
Como se le había vinculado en un asunto donde una persona de Guadalcázar fue víctima de lo que parece un “secuestro exprés”, el ex policía aseguró “no haber sido cómplice de nada ni con nadie, en aspectos ilegales”.
Agregó que tiene a su favor testigos que incluyen a la persona afectada, que negó su participación en los acontecimientos porque de hecho, jamás en su vida la había visto.
El hombre que dijo que sus intenciones “siempre han sido buenas”, aclaró que se vio envuelto en un “juego de palabras”, no de autoridades, sino de individuos que dieron motivo al inicio de una averiguación en su contra.
Añadió que la madrugada del sábado 12 de octubre, eran entre las 3:00 AM y 5:00 AM cuando andaba por las calles de Cerritos, a donde acude cada fin de semana porque trabaja como chofer y vendedor de maquinaria y refacciones industriales en la capital.
Transitaba en su unidad en compañía de amigos, –humildes pero procedentes de conocidas familias– cuando en contra esquina de la Escuela Primaria Rafael Nieto una persona estaba pidiendo auxilio porque “unas personas lo habían golpeado, secuestrado y robado dinero y su motocicleta”.
Adán Cirilo, había detenido la marcha de su vehículo para escuchar el relato, cuando en eso pasó otro carro, y el afectado señaló a éste como el de los agresores.
“El Salvaje”, le dijo que se escondiera a un costado de su coche, invitándolo a cerciorarse de que esos eran sus acusados.
El afectado respondió que sí, entonces el ex policía solicitó al chofer del otro carro que se detuviera.
Así, el perjudicado los empezó a agredir verbalmente, gritándoles que le regresaran su moto ya que la necesitaba para viajar a La Hincada, Guadalcázar.
Los supuestos agresores –señala Cirilo– le entregaron la moto al muchacho que en ese momento le ofrecía dinero al benefactor, “pero yo en ningún momento le tomé ningún peso”, indica Hernández Belmares.
“Esto es todo lo que yo tengo que declarar a mi favor, mi intención solo fue ayudar a esta persona, que gracias a Dios me reconoció como el que le había ayudado”.
“Gracias y una gran disculpa para la ciudadanía cerritense, nunca fue mi intención ofender a nadie ni mucho menos hacer menos a cualquier autoridad, simple y sencillamente fue ayudar como un ciudadano, ya que está estipulado por las leyes que la acción u omisión de cualquier acto es un delito”, así puntualiza su aclaración Cirilo.

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