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La Piedra

Dentro de la función pública, uno de los entes gubernamentales que mayor rechazo social registra es la fuerza policial. Justificadas o no, las inconformidades que generan estas corporaciones entre la población sólo son superadas por la quejas de los abusos de poder de los legisladores.
El espíritu de la ley y de la ética del servicio consideran el abuso de poder o de autoridad como la principal fuente de la maldad moral y de la corrupción moral.
La maldad moral comienza a existir cuando alguien incumple su responsabilidad por el bienestar de otros, especialmente por el bienestar de aquéllos que están naturalmente bajo su cargo o protección directos.
Una persona tiene poder, cuando puede incidir decisivamente sobre la realidad de otros.
El derecho penal contempla el abuso de autoridad en sentido lato, como la figura delictiva que comete quien investido de poderes públicos realice en su gestión actos contrarios a los deberes que le impone la ley, por lo que aflige la libertad de las personas, las intimida o de cualquier manera les causa vejámenes, agravios morales o materiales.
En fechas recientes en nuestro municipio se han dado condiciones “deplorables” para la seguridad pública ocasionadas por retenes ilegales, intimidación, cohechos y extorsiones realizadas por fuerzas policíacas estatales bajo el manido pretexto de operativos viales y anti alcohol.
“En Cerritos son cada vez más los ciudadanos que han sufrido abusos por parte de elementos de Seguridad Pública Estatal durante dudosos operativos que ejecutan en complicidad con elementos policiacos de la vecina Villa Juárez y en los cuales mañosamente evitan que intervenga la policía local y peor aún no se da parte a la máxima autoridad municipal para su ejecución, lo cual despierta muchas suspicacias entre la ciudadanía cerritense y conlleva una franca violación a la autonomía municipal”.
La razón de ser de una corporación policiaca es proteger y servir a la población, pero en lugar de cumplir con honor su responsabilidad social, las fuerzas de seguridad pública estatal violan de manera sistemática los derechos de los ciudadanos cerritenses y cometen desde detenciones y requisas arbitrarias, hasta retenes ilegales y diversas formas de intimidación para suprimir la voluntad de denuncia entre la ciudadanía, así como para amedrentar a los ofendidos. De esto hay contundentes ejemplos.
Ni siquiera un integrante del cuerpo edilicio local se salvó de ser víctima de estos abusos. También varios maestros y familiares de empleados de gobierno estatal fueron intimidados impunemente.
Nunca antes nuestra ciudadanía había sufrido tantos abusos en tan corto lapso. La actitud de estos voraces elementos ha llegado a tal extremo que entre las propias filas de esa corporación hay una fuerte molestia por ese infame proceder de sus compañeros, a tal grado que varios buenos elementos fueron desplazados de esta base.
La perfidia de los recién llegados ha llegado al grado de alterar documentos oficiales para justificar sus atrocidades, así como a calumniar a sus homólogos de otros cuerpos policiales para desgastar su imagen y poder operar a sus anchas. El caso ya es de conocimiento de la Secretaría General de gobierno estatal.

¿Qué harán al respecto los aspirantes a gobernar nuestro municipio?

CINCELAZO.- ¡Hay otras formas más dignas de llenar la Barriga!

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