- El Juego de la Cabra y los juegos infantiles que se desvanecen ante el avance de la tecnología
BETO GUERRERO.- El juego de la cabra, una práctica tradicional que aún persiste en comunidades de Guadalcázar, ha generado una reflexión entre habitantes de Cerritos sobre el valor de las antiguas costumbres. Este juego centenario, que algunos aseguran tiene raíces árabes y fue traído a la región por los españoles, consiste en una competencia entre jinetes que tiran de una cabra sacrificada. La meta es avanzar con el cuerpo del animal mientras los demás intentan detenerlo, en un despliegue de destreza ecuestre que ha perdurado por más de 300 años.
Sin embargo, aunque el juego de la cabra sigue siendo un espectáculo en las festividades de algunas localidades que todavía persiste, muchos de los juegos tradicionales mexicanos han ido desapareciendo con el paso de las generaciones. Personas mayores en Cerritos recuerdan con nostalgia cuando los niños jugaban a las canicas, el trompo, el yoyo y el valero. Estos juegos, que fomentaban la convivencia y el desarrollo de habilidades motrices, han sido reemplazados por el uso masivo de celulares y otros dispositivos electrónicos, que desde edades cada vez más tempranas acaparan la atención de los menores, que prefieren el teléfono que los juegos de antes.
Las fiestas tradicionales, como aquellas donde se colocaba el palo ensebado o se correteaba a un cochino, aún sobreviven en algunas comunidades rurales, o barrios y colonias de la cabecera. No obstante, son cada vez menos frecuentes, y las nuevas generaciones muestran menor interés en participar en actividades de este tipo. La facilidad y atracción de los videojuegos y redes sociales han provocado que estas costumbres se desvanezcan, a pesar de los esfuerzos por mantenerlas vivas.
La reflexión sobre estas tradiciones invita a cuestionar el impacto de la tecnología en la vida cotidiana y el valor de preservar los juegos y costumbres que durante siglos forjaron la identidad de muchas comunidades mexicanas.
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