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LA ENCRUCIJADA DE LA IZQUIERDA MEXICANA

Por Fidel Belmares Hernández
Este fin de semana se realizará una encuesta donde se pretende que la población defina cuál de los dos políticos mexicanos de izquierda más reconocidos será el candidato a la presidencia de la república: Andrés Manuel López Obrador o Marcelo Ebrard, sin duda los gobernantes más exitosos de los últimos quince años.
Cada vez hay más claridad en el mundo que los gobiernos de derecha o de centro, que siempre terminan con acciones derechistas, han fracasado como gobernantes, pues en los últimos treinta años han subido a los más altos peldaños de gobierno de la mayor parte de los países del mundo, lo mismo en Europa que en Norteamérica, Asia, Medio Oriente, con algunas excepciones en América Latina y África, que además han sido las experiencias más exitosas como Brasil o Chile (aunque este último dio un quiebre a la derecha en las últimas elecciones y ya está también metido en problemas).
No cabe duda que el fracaso de todos estos gobiernos a lo largo y ancho del mundo (Europa y los Estados Unidos están sumidos en una crisis que nos está golpeando a todos), se debe al modelo neoliberal que privilegia los intereses económicos de unos cuantos por encima de los de las mayorías, así como la especulación financiera por encima de las empresas productivas que generan empleos.
Las izquierdas siempre han pugnado por una mejor distribución de la riqueza, con un estado fuerte como regulador, que modere la opulencia y distribuya equitativamente los bienes sociales. Este papel por supuesto no es aceptado por el capitalismo y desde hace más de treinta años impusieron en el mundo las leyes del mercado, aduciendo que la libre competencia acabaría con los monopolios, distribuiría la riqueza y permitiría el flujo de mercancías y capitales necesarios para la creación de empleos en todo el planeta, pero el resultado ha sido todo lo contrario; ya que hoy la concentración de la riqueza es mucho peor que hace treinta años, los capitales son más especulativos que nunca y la mayoría de los países se han convertido en exportadores de materias primas, mano de obra y capitales, no pueden generar empleos suficientes para toda su población y los empleos que generan son de muy pobre calidad, con salarios ínfimos y sin prestaciones sociales, lo que permite que los patrones acumulen riquezas exorbitantes. Pero lo peor es que la mayor parte de las riquezas generadas han sido absorbidas por las grandes empresas trasnacionales que son las que verdaderamente gobiernan el mundo y por eso dictan las políticas económicas, tanto en los países pobres como en los ricos, que también han tenido que sacrificar políticas sociales para evitar que las matrices trasnacionales los abandonen y los dejen sin empleos, situación que ha debilitado a todos los gobiernos , sucumbiendo ante la voracidad de los oligopolios, permitiéndoles que pasen por encima de las leyes para saciar su sed de poder y riqueza, provocando el colapso del empleo, de las ventas inmobiliarias y de la estabilidad política que hoy se refleja en los movimientos de descontento, lo mismo en Europa que en los Estados Unidos o en los países pobres que de por si arrastraban un sinfín de problemas inherentes a su insuficiente o nulo desarrollo como los africanos o latinoamericanos.
De toda esta situación México no es ajeno y encabezamos ese colapso aunque los actuales gobernantes, tanto los de nuestro país como los planetarios, digan que vamos bien y que estamos blindados ante la crisis, la realidad es otra y la percibimos día con día, ante el aumento en las mercancías, la falta de empleo, pero sobre todo en la inseguridad en la que se debate nuestra nación, que ni siquiera permite que los medianos o pequeños empresarios o comerciantes puedan desarrollarse libremente y muy por el contrario, provoca quiebras o abandono de actividades productivas como consecuencia de los abusivos cobros que el crimen organizado exige para permitirlas y respetar la vida de quienes así invierten y generan empleos, ante la pasividad o complicidad de quienes se han constituido como autoridades.
Evidentemente la guerra contra el crimen organizado del gobierno derechista de Felipe Calderón, en acuerdo con Bush y después con los Clinton y Obama, que aprovecharon para restringir el paso de trabajadores indocumentados con ese pretexto, ha fracasado y sólo ha provocado una expansión de la situación que se vivía en Cd. Juárez y otros puntos de violencia importantes de la república a la mayoría de los estados del país, ya que existían las condiciones de pobreza, ignorancia y marginación necesarias, sobre todo en los jóvenes, para que cientos de miles fueran enrolados por los delincuentes, para enfrentar al ejército que también de ahí se nutre, con lo que estamos ante un panorama de guerra civil que ya cobra más de cincuenta mil muertos y otros tantos desaparecidos, que cada vez abarca más territorio nacional y aumenta en intensidad y ferocidad por parte de los bandos contendientes, con la población civil como rehén de los dos.
Curiosamente, la Ciudad de México, señalada a fines del reinado del PRI como la más violenta del país, es hoy la más segura y a donde está emigrando una gran cantidad de gente para huir de la inseguridad que se padece en sus lugares de origen como resultado de esa guerra, y hay que decirlo con orgullo, está gobernada por la izquierda y quienes han gobernado en los últimos dos sexenios son ni más ni menos que Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard Casaubón, los dos contendientes para obtener la candidatura de la izquierda a la presidencia de la república.
¿Cuál ha sido el secreto para disminuir tanto la violencia en la capital de la república? Es una cuestión muy sencilla, pero muy difícil de aceptar por la derecha y los neoliberales, destinar recursos para programas sociales que lleguen a la mayoría de la población, por ejemplo: apoyo a adultos mayores (¿recuerdan el escándalo que hizo el gobierno de Fox acusando a AMLO de que estaba regalando los recursos públicos a los ancianos improductivos?), apoyo a madres solteras, becas escolares, útiles escolares gratuitos y libros de texto gratuitos para educación secundaria, seguro de desempleo, hospitales y medicamentos gratuitos para toda la población, educación a nivel bachillerato y universitaria gratuita y con becas para los estudiantes (se construyeron 17 preparatorias y una universidad pública con cuatro campus universitarios).
La otra actividad importante que se ha atendido con estos gobiernos es la construcción de obra pública (¿recuerdan el escándalo del segundo piso?) en toda la ciudad, donde se han modernizado con grandes puentes y distribuidores viales casi todas las arterias de la ciudad, se remozó el centro histórico de la ciudad y casi todos los centros de las delegaciones, se han embellecido muchas vialidades con adoquín, arbolado e innumerables jardineras y camellones y se ha dado un gran impulso a la construcción de vivienda y transporte público, construyendo tres líneas del metro, corredores para trolebuses y hasta ahorita tres líneas de metrobús, que antes de que termine el sexenio serán cuatro o tal vez cinco (¿recuerdan el escándalo por la construcción de la primera línea de metrobús donde los expertos de televisa y del gobierno decían que no funcionaría?) tanto por parte del gobierno como de la iniciativa privada, todo lo cual ha generado decenas de miles de empleos de calidad, con prestaciones como seguro social, infonavit, jubilaciones, etc.
Con base lo anterior la economía de la ciudad no se ha desplomado y hay un consumo permanente de mercancías porque la mayoría de la población tiene un salario que le permite adquirirlas y con ello se detonan más empleos y hay un permanente incentivo a los pequeños y medianos empresarios para que accedan a apoyos fiscales o a recursos frescos de la banca, ya sea por cuenta propia o por mediación del gobierno de la ciudad, con lo que la ciudad de México es la entidad que más contribuye al producto interno bruto de nuestro país, aunque se le regrese sólo una parte ínfima como presupuesto (sólo 10 %), lo que le permite a la gente de la capital que tenga confianza en un futuro mejor y a los jóvenes que así lo deseen les da la oportunidad de superarse ya sea trabajando o en su calidad de estudiantes, lo que disminuye la tendencia de optar por conductas antisociales y delictivas de esta franja de la población.
Muchos de estos programas exitosos han sido mal copiados por el gobierno federal al percatarse que si no los instrumentaba a nivel nacional, la gente iba a comparar lo que hacían los gobiernos de izquierda y pronto serían echados del poder, pero lo hicieron mal y de mala gana, ya que a los adultos mayores les dieron un apoyo de menor monto y con más condicionamientos, en lugar de universidades públicas han construido tecnológicos para preparar estudiantes enfocados a servir a la industria maquiladora y al gran capital y además no son gratuitos, dieron los libros gratuitos a toda la secundaria del país, pero los libros son de pésima calidad en sus contenidos y con información muy tendenciosa y proclive a una ideología de derecha, construyeron puentes y carreteras en todo el país, pero casi ninguna gratuita, y en el Estado de México se han implementado dos líneas de metrobús (Mexibús), por supuesto más caras y con pésima calidad en el servicio como todo el transporte del estado que gobernó Peña Nieto, por lo que solo se beneficia cierto sector de la población mediante pago y año con año nos aumentan los impuestos, disque para compensar, dinero que invariablemente va a parar al bolsillo de los mismos gobernantes o los grandes empresarios o comerciantes mediante condonación y hasta devolución de impuestos.
¿Con que recursos se ha realizado este milagro? Con el presupuesto que año con año aprueba la federación para la ciudad y que además también año con año regatea y desde el primer año de gobierno del PRD ha castigado despiadadamente con la idea de hacer fracasar a los gobiernos de izquierda, pero era tal el latrocinio que cometían los gobiernos priístas que a pesar de los recortes que aplicaron, con una administración más racional y más eficiente, no solo hubo los recursos suficientes para que la ciudad no se colapsara y funcionara normalmente, sino que se logró echar a andar los programas descritos y muchos más que existen en esta hermosa ciudad.
Ahora el dilema de los mexicanos es ¿quién debe ser el candidato de la izquierda?, ¿Andrés Manuel o Marcelo? Difícil elección.
La decisión debe ser razonada, con base en un análisis riguroso. Como ya dijimos, los dos hicieron gobiernos muy semejantes, basados en una política social incluyente, aunque con matices diferentes. Para Andrés Manuel “primero los pobres” fue su lema de campaña al gobierno de la ciudad y la cumplió, ya que la mayoría de sus acciones fueron dirigidas a ese sector, aunque en segundo término trabajó con las clases medias, sin desproteger a las clases económicas altas, después como candidato a la presidencia de la república la continuó. Marcelo no usó un eslogan en su campaña, pero aunque continuó y hasta amplió algunos de esos programas, sus acciones han estado más orientadas a dar oportunidades a las clases medias y ha mostrado mucha proclividad y apoyo a los sectores más pudientes.
Los dos desarrollaron la infraestructura urbana, aunque Marcelo ha mostrado un sentido más utilitario, de tal manera que algunas de esas obras las va a concesionar a la iniciativa privada para que tengan un costo de recuperación, como la autopista urbana o el segundo piso que está en construcción y ha aumentado el costo de los servicios de transporte, aunque con incrementos menores a los autorizados en el resto del país, mientras que Andrés Manuel mantuvo congelados esos precios y el segundo piso del periférico fue gratuito para los usuarios.
Andrés Manuel creó las preparatorias y la Universidad Autónoma de la Ciudad de México con características suigéneris como el ingreso por sorteo en lugar del examen de admisión, salarios decorosos para todos los profesores y asignación de recursos indexado al número de alumnos y al salario mínimo, para que los estudiantes pobres tuviesen las mismas oportunidades de ingresar que las clases medias y que todos los profesores fuesen de tiempo completo para que no solo diesen la clase, sino que se convirtieran en tutores y asesores de los estudiantes, con el fin de garantizar su egreso del sistema escolar. Marcelo ha mostrado un desacuerdo con esa política educativa, ya que quiere imponer una línea más tradicionalista y ha congelado el salario de los docentes para que la inflación se encargue de igualarlos con los de los docentes de las otras instituciones.
Marcelo instrumentó el seguro de desempleo y continuó con los programas sociales del gobierno de Andrés Manuel, como el de adultos mayores y el de apoyo a madres solteras que escandalizaron a la derecha panista y priísta, pero a diferencia de estos que se tradujeron en leyes para blindarlos de cualquier cambio de gobierno, el seguro de desempleo no ha sido legislado como ley, ni siquiera hay una iniciativa para ello.
Con Andrés Manuel se redujeron y congelaron los salarios de todos los funcionarios de gobierno para ahorrar recursos y emplearlos en programas de apoyo a la población como los ya mencionados, en virtud de que los salarios de la gran mayoría de los mexicanos son muy bajos, con Marcelo se han ido aumentando gradualmente esos salarios con el fin de igualarlos con los del gobierno federal sin importar que los salarios son más bajos que cuando gobernó AMLO.
Andrés Manuel plantea un plan de gobierno con base en todos esos programas y como los panistas y priístas los tachan de populistas, además que para evitar que los impusiera hicieron el fraude de 2006, muestran claramente que son enemigos del pueblo por tanto plantea que no se puede hacer alianzas con ellos porque donde se han dado (Guerrero y Chiapas son un ejemplo de ello), la situación de la población no ha mejorado absolutamente nada, situación que las cúpulas del PRD han impulsado y tolerado traicionando sus documentos y principios y han denostado y atacado a quienes se han cobijado en la política impulsada por AMLO sin importarles que el PRD esté dejando de verse como la alternativa que requiere el pueblo de México y se esté quedando sin militantes, con lo que podría desaparecer, por lo que AMLO ha creado un movimiento de regeneración nacional (MORENA) con los partidos y ciudadanos que quieran luchar por un México mejor.
Aunque Marcelo plantea un proyecto muy semejante, de ser el candidato de acuerdo con las cúpulas del PRD, se puede aliar con Calderón y a lo mejor hasta con Elba Esther para derrotar a Peña Nieto que según las amañadas encuestas del PRI, nadie podrá detenerlo, pero de ganar con esas alianzas la izquierda sería maniatada y no le permitirían desarrollar ese programa que detestan y sería lo mismo que si gorbernase el PAN o el PRI como hasta hoy lo han hecho en varios estados de la república donde aparentemente gobierna la izquierda con el PRD.
Aunque los dos personajes reivindican a la izquierda mexicana, Marcelo se muestra más moderado para conseguir la aceptación de la clase dominante, pero yo considero que la única vía posible para revertir el estado de crisis que hoy vivimos en nuestro país, es que Andrés Manuel sea nuestro candidato, el candidato de las izquierdas para contender contra la mafia que está actualmente en el poder y que controla y administra la violencia como otra forma de saqueo de nuestra nación en contubernio con las mafias financieras internacionales y de las fabricantes y comercializadoras de armas, que lo mismo le venden al ejército mexicano que al crimen organizado, por lo que no se les pueden dar concesiones y el pueblo de México debe aplastar con votos a quienes lo han engañado, traicionado y oprimido durante los últimos treinta años por lo menos.

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