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Ecosistemas en crisis

  • Pescadores desafían reglas y devastan ecosistemas locales

MARCO SERNA.- Ciudadano originario de Cerritos, regresó recientemente de unas vacaciones en una playa pesquera de Estados Unidos, donde experimentó de primera mano las estrictas reglas que rigen la pesca deportiva en ese país. Durante su estancia, quedó sorprendido por las normativas que obligan a los pescadores a devolver al mar los peces que no cumplen con ciertas medidas. Específicamente, si un pez es demasiado pequeño, se le debe liberar para permitir su desarrollo y multiplicación; si es muy grande, debe devolverse por su capacidad de fecundar a las hembras, asegurando así la continuidad de la especie.

Estas reglas contrastan fuertemente con la situación en las presas y ríos de la región, donde el ciudadano sabe de prácticas de pesca altamente destructivas. Según relata, los pescadores locales frecuentemente ignoran las normativas, utilizando métodos ilegales como redes de pesca marítimas, atarrayas e incluso explosivos, lo que provoca una captura indiscriminada de peces de todos los tamaños. Estas prácticas han causado la extinción masiva de especies en diversas presas, dejándolas prácticamente sin ejemplares y poniendo en riesgo la sostenibilidad de estos ecosistemas.

La venta ilegal de pescado también es una problemática común en la región, con restaurantes de la zona media que compran producto de pescadores que infringen las reglas. Aunque en Estados Unidos esta actividad está severamente penada, en la zona hasta es habitual ver a personas freír pescado recién capturado en las presas y venderlo al público sin que las autoridades intervengan. Los lugares más afectados incluyen las presas de Las Golondrinas, Jalpan, Vicente Guerrero y ríos como el de Gallinas y Matlapa, donde los pescadores utilizan métodos prohibidos.

Un pescador de la región señaló que en cada presa existen advertencias explícitas que prohíben el uso de redes, arpones y la captura de peces menores de 20 centímetros o mayores de 2.5 kilogramos. Sin embargo, estos avisos son ampliamente ignorados. En la presa de Golondrinas, por ejemplo, se ha documentado la colocación nocturna de redes de 2 kilómetros de largo por parte de pescadores de Rioverde, Santa María del Río y la capital del estado, quienes falsifican permisos para justificar su actividad.

Aunque las aguas de las presas son de jurisdicción federal y solo la SEDENA tiene la autoridad para cerrar estos cuerpos de agua y vigilar su cumplimiento, la falta de detenciones por infracciones o “moches” fomenta la impunidad.

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