- Grupo Juda y Nacho Galindo, exvocalista del Conjunto Primavera encabezan evento espiritual en plaza de Cerritos
MARCO SERNA.- En un emotivo encuentro espiritual programado para el sábado 3 de agosto, la Plaza Principal de Cerritos, se convertirá en escenario de una alabanza excepcional. El evento contará con la participación estelar del Grupo Juda, proveniente de Monterrey, Nuevo León, y del reconocido cantante Nacho Galindo, cuya trayectoria musical ha tomado un giro inspirador hacia la fe cristiana.
La celebración será dirigida por el pastor Noé Cerezo Guzmán, quien fungirá como predicador principal. Los organizadores han anunciado la presencia del «Invitado Especial, El Espíritu Santo», enfatizando la naturaleza profundamente espiritual del encuentro.
Nacho Galindo, nacido el 1 de febrero de 1959 en Boquilla de San Isidro, Chihuahua, es una figura emblemática de la transformación personal a través de la fe. Su carrera musical inició en 1976 como vocalista del Conjunto Primavera, alcanzando la fama con 16 composiciones y 11 grabaciones durante sus 12 años con la agrupación.
La vida de Galindo dio un giro radical el 28 de junio de 1986, cuando aceptó a Jesús como su salvador personal durante una campaña evangélica. Este cambio culminó el 19 de marzo de 1989, cuando se retiró definitivamente del Conjunto Primavera para dedicarse a la música cristiana.
El artista ha compartido abiertamente su lucha contra la drogadicción y el alcoholismo, atribuyendo estas adicciones al vacío existencial en el mundo artístico y a la separación familiar durante las giras. La transformación de su padre, también exmúsico y exalcohólico, fue crucial en su decisión de alejarse de la música secular.
Desde 1991, Galindo ha enfocado su talento en la creación y difusión de música cristiana, componiendo letras que buscan influir positivamente en su audiencia. Su testimonio de vida y su música se han convertido en poderosos instrumentos de evangelización.
Las alabanzas, elemento central del evento en Cerritos, son expresiones de adoración y gratitud hacia Dios, comunes en la tradición cristiana.
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