A unas semanas del proceso electoral del 2 de junio, los priistas de Cerritos tomaron una decisión reveladora: votar por el PAN. Este movimiento se interpretó como un mensaje claro hacia los líderes del PRI, quienes han mantenido el control del partido durante años, ignorando el clamor por una renovación. Los votantes, cansados de ver siempre las mismas caras y nombres en las planillas y boletas, decidieron expresar su descontento votando en contra de sus propios regidores. Sin embargo, muchos enfrentaron un dilema y, para evitar apoyar directamente al PAN, optaron por la Coalición PVEM, Morena y PT. Este acto de rebelión subraya la desesperación por un cambio significativo y la falta de confianza en los actuales dirigentes del PRI. A pesar de esto, personajes como Lena Jiménez y Mario Ruiz, del PAN, aunque no ampliamente queridos, lograron ganar un lugar en el Cabildo, mostrando que la simpatía por el PRI sigue en declive.
Marko Cortés Mendoza, presidente nacional del PAN, lanzó una crítica severa hacia las encuestas realizadas el fin de semana sobre la reforma al Poder Judicial, tachándolas de ser una simulación diseñada para justificar lo que considera una «perversa propuesta» del presidente López Obrador. Según Cortés, estos resultados carecen de valor jurídico y solo tienen un propósito político: respaldar los ataques del presidente contra el Poder Judicial. Cortés sugirió que la presidenta electa debería enfocarse en la profesionalización de los ministerios públicos y realizar un análisis comparativo internacional sobre el funcionamiento del Poder Judicial. Además, recomendó escuchar a las barras de abogados, universidades y académicos para una mejor comprensión y mejora del sistema. El líder panista advirtió sobre el peligro de politizar el Poder Judicial, sugiriendo que México podría pasar de tener un fiscal afín al gobierno a tener jueces igualmente afines. En Acción Nacional, aseguró, votarán en contra de cualquier medida que debilite la democracia, las instituciones y los contrapesos de poder en el país. Cortés condenó la metodología indefinida de las encuestas, su costo y la falta de participación de expertos, criticando que Morena organice estos sondeos sin valor jurídico para manipular decisiones en favor del gobierno contra jueces y magistrados. Aunque reconoce la importancia de la participación ciudadana, enfatizó que la elección directa de ministros, jueces y magistrados politizaría gravemente el Poder Judicial, poniendo en riesgo su independencia y autonomía, y convirtiéndolo en una herramienta para proteger a aliados y perseguir a opositores. Por ello, afirmó que el PAN defenderá la Constitución, las instituciones y a México desde el Congreso de la Unión.
Varios críticos locales que solían utilizar las redes sociales para expresar sus opiniones, a menudo llenas de faltas ortográficas, han desaparecido repentinamente. Este silencio parece ser una consecuencia directa del apabullante triunfo del Partido Verde. Varias páginas alarmistas han sido cerradas, y aquellos que antes eran muy vocales con sus críticas, ahora guardan silencio. En un giro irónico, el viejo dicho «en boca cerrada no entran moscas» se ha convertido en una realidad palpable. A veces, es más prudente ser discreto que hablar sin fundamento. Este fenómeno refleja cómo la dinámica del poder puede acallar voces disidentes y cómo, en política, la derrota puede llevar al repliegue de aquellos que no están preparados para enfrentar las consecuencias de sus palabras. Este silencio también plantea preguntas sobre la libertad de expresión y el miedo a represalias en un entorno donde la crítica abierta parece haber sido sofocada por la victoria política.
En Villa Hidalgo, el regidor electo Ismael Castilleja ha empezado a mostrar signos de arrogancia antes de tomar posesión de su cargo. Su actitud prepotente y sus intentos de imponer órdenes antes de asumir oficialmente han generado descontento entre los ciudadanos. La comunidad está pidiendo que se le dé un jalón de orejas, pues temen que si esta conducta continúa, se volverá un problema mayor una vez que ocupe su puesto. Los habitantes advierten que la misma gente que lo eligió puede retirarle su apoyo o incluso enfrentarlo directamente. En Villa Hidalgo, el pueblo es comprensivo, pero no tolerará comportamientos autoritarios de sus representantes. La historia ha demostrado que los funcionarios que se desconectan de la realidad y de las necesidades de la gente terminan enfrentándose a la ira popular. Es crucial que Castilleja recapacite y recuerde que su poder emana de los ciudadanos y que su deber es servir, no mandar con prepotencia.
Nos leemos la próxima…
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