El reciente escándalo sobre el predio destinado a la Casa de Adultos Mayores en Cerritos ha causado gran revuelo. Este predio, adquirido con la cooperación de paisanos para beneficio del DIF Municipal, ha resultado estar a nombre de Aurelia Orozco Reyes, lo que ha desconcertado a la comunidad. Ella lo adquirió por «donación gratuita condicional», eso sí, “a nombre del DIF”. La polémica comenzó cuando la alcaldesa Lety Vázquez fue cuestionada sobre la falta de inversiones y acciones en dicho predio. Su respuesta, revelando la titularidad privada del terreno, ha desencadenado una serie de críticas y sospechas sobre el manejo de anteriores recursos. La promesa de escriturar el predio a nombre del municipio data de la administración del exalcalde Florencio González Alejos (1997-2000). Durante las siguientes administraciones, el espacio fue utilizado como un bastión partidista, una «Casita Azul», debido a la falta de un edificio propio para sus reuniones. Esta situación ha generado sospechas de que el predio fue más un recurso partidista que un beneficio comunitario. Un ex Contralor Interno de administración priísta, intentó recuperar el predio para el municipio, pero sin éxito, lo que permitió que los grupos panistas siguieran utilizándolo. El episodio ha dejado al descubierto una serie de irregularidades, donde algunos panistas han defendido la adquisición del predio, mientras sus opositores les recriminan por los malos manejos. Este encubrimiento mutuo ha generado una ola de críticas por parte de la comunidad. La situación se agravó cuando, en 2024, se reveló que el predio quedó en abandono, provocando un escándalo que ha obligado a dar explicaciones en los mitines, exponiendo así la falta de transparencia y el mal manejo de recursos.
Los cierres de campaña en Cerritos se han convertido en eventos multitudinarios, donde la asistencia no siempre refleja un genuino apoyo político. En realidad, muchos asisten atraídos por la comida, las bebidas y la música. «Vamos al cierre, van a dar barbacoa y sopa», es una frase común entre los habitantes, quienes llevan bolsas para recoger todo lo que puedan, incluyendo refrescos y agua. La escena es recurrente: familias completas, con niños pequeños, llenando bolsas con lo que se ofrece. Este fenómeno, aunque evidencia una alta convocatoria, no necesariamente traduce un apoyo electoral. La realidad es que el voto sigue siendo libre y secreto. Sin embargo, la «gorra» —como popularmente se le llama a los regalos en estos eventos— sigue siendo un incentivo irresistible. Las estrategias de los partidos, que se enfocan más en atraer con obsequios que en propuestas, reflejan una táctica de corto plazo que distorsiona la verdadera intención del sufragio. En este contexto, la multitud en los cierres de campaña más que un respaldo sólido, parece ser una búsqueda de beneficios inmediatos, pero este 2 de junio, muchas bocas quedarán cerradas, y no por la barriga llena.
En los recientes eventos de campaña, los candidatos no solo presentaron sus planillas, sino que también se esforzaron por mostrar a sus familias. Este movimiento responde a un deseo genuino de los votantes de conocer a los hijos y esposos(as) de los aspirantes y observar cómo se desenvuelven ante el público. La cercanía y la autenticidad son factores cruciales en esta dinámica, ya que la gente tiende a empatizar con familias sencillas y humildes, que saludan y se muestran accesibles. Un candidato que logra proyectar una imagen de familiaridad y simplicidad suele resonar mejor con el sector popular. La conexión emocional que se establece al ver a un candidato en un entorno familiar puede ser decisiva. Los electores no solo buscan propuestas políticas sólidas, sino también figuras en las que puedan confiar y con las que se puedan identificar. Esta estrategia de humanización puede inclinar la balanza a favor de aquellos que entienden que, en política, la percepción de cercanía y autenticidad es tan importante como las propuestas mismas.
La planeada instalación de una nueva cementera en Cerritos ha encendido alarmas entre los habitantes y autoridades locales. La notificación de la Profepa al H. Ayuntamiento ha catalizado una respuesta rápida y preocupada, centrada en los posibles impactos ambientales y en la salud pública. La experiencia de municipios vecinos como Guadalcázar, donde tanto ciudadanos como autoridades se han opuesto firmemente a este tipo de actividades industriales, subraya la urgencia de abordar estas inquietudes. La oposición en Guadalcázar se fundamenta en los daños potenciales que una cementera puede causar al entorno natural y a la salud de la población. Polvo, ruido, contaminación del aire y el agua, casos de cáncer y otras enfermedades, son solo algunos de los efectos negativos asociados con este tipo de industria. Cerritos ahora enfrenta el reto de equilibrar el desarrollo industrial con la necesidad imperiosa de proteger el medio ambiente y asegurar una buena calidad de vida para sus habitantes. Este caso resalta la importancia de un desarrollo sostenible, que considere tanto el progreso económico como la preservación de los recursos naturales y la salud de la comunidad.
La inauguración de la Copa del Mundo en el Estadio Azteca el 11 de junio de 2026 ha despertado un entusiasmo palpable en muchos. Sin embargo, este fervor deportivo revela una curiosa contradicción: en cada partido de la selección mexicana, siempre hay quienes apoyan al equipo contrario, en vez de la tierra que los vio crecer. Ya sea contra Chile, Estados Unidos o cualquier otro país, estos aficionados actúan como si tuvieran una aversión innata hacia el equipo nacional. Esta actitud no solo se observa en el fútbol, sino también en la política local. En Cerritos, la misma división se refleja en el apoyo a los políticos locales. Resulta desconcertante que un político que tiene el potencial de representarnos en el Congreso del Estado no cuente con el respaldo unánime de su comunidad. ¿Qué motiva esta falta de apoyo? ¿Es envidia, intereses personales o simplemente un capricho de no ver a alguien de nuestro propio pueblo progresar? En lugar de unirnos para respaldar a nuestros representantes en las buenas y en las malas, nos dividimos. Es comprensible que a nivel municipal cada persona vote por el candidato de su preferencia, pues es una decisión que nos corresponde como cerritenses, pero cuando tenemos un candidato que puede representar a todos en el Congreso, la falta de apoyo colectivo resulta inexplicable. En momentos clave, la unidad debería prevalecer sobre las diferencias individuales para el bienestar de toda la comunidad. Esta reflexión es una humilde invitación a reconsiderar nuestras actitudes y a valorar el potencial de unidad y progreso que tenemos al alcance de nuestras manos.
Nos leemos la próxima…
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