- Con la tecnología esta forma de convivencia se ha ido perdiendo
BETO GUERRERO.- Inicia la temporada de viento y es el momento idóneo para volar un papalote. Algo que las nuevas generaciones ya casi no realizan, dado que la costumbre fue sustituida por la tecnología.
Quienes tienen más años no solo crecieron con la ausencia de la televisión, de la computadora o del celular, sino con juegos como las canicas, el yoyo, el trompo y claro, el papalote.
Por las tardes el cielo de Cerritos se miraba adornado con los cometas, un armazón plano y ligero, cubierto o forrado de papel, sujeto con un cordel largo que se echaba al aire para que las corrientes lo elevaran.
Este 2022 son pocos los papalotes que se miran a lo alto, pues esta forma de convivencia se ha ido perdiendo.
Era entretenido hacer papalotes y salir a volarlos. Los habían de todas las formas y dibujos. Los niños corrían de un lado a otro tratando que el viento pudiera elevar su cometa, en tanto los padres tomaban el hilo y lo iban alargando, a fin de que pronto subiera el papalote.
“Nosotros íbamos al cerro de Las Peñas a volar papalotes”. Ahora es en el centro de la ciudad de Cerritos donde se dejan ver algunos papalotes por los cielos, pero el número no rebasa al de los antepasados.
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