Pulsa «Intro» para saltar al contenido

En Padre Jesús festejaron al “Santo Niño Cieguito”

  • La imagen es milagrosa, explican

Por FRANCISCO VALERO.- Una vez más se llevó a cabo el festejo en honor al «Santo Niño Cieguito», imagen que cada día cuenta con más devotos debido a favores que han recibido.

La celebración se realiza en domicilio donde cuenta con un altar, y ocurrió el martes 10 de agosto, en la esquina de las calles Lindavista y Ocampo, barrio de Nuestro Padre Jesús.

La celebración al «Niño Cieguito» se ha fortalecido desde que una persona trajo la imagen desde la ciudad de Puebla, donde es ampliamente conocida y venerada. Le fue regalada en un convento donde tienen la original.

El 10 de agosto, en Puebla celebran al «Niño Cieguito»; cuentan que en el convento de Nuestra Señora de la Merced, en la ciudad de Valladolid, hoy estado de Morelia, se veneraba una imagen de la Virgen de la Merced que llevaba en sus brazos a un pequeño niño Jesús, del que se dice, sus ojos eran de esmeraldas.

Era el 10 de agosto de 1744. Los padres mercedarios habían celebrado una solemne misa por la fiesta de San Lorenzo Mártir, patrono de la capilla anexa al convento.

Aquella noche, concluidas las celebraciones, los frailes cerraron las puertas del templo sin percatarse que un hombre se había quedado escondido con la intención de robar objetos de valor. A la medianoche el sujeto comenzó a tomar todo lo que tenía a su alcance y después subió al altar para robar la joyería que ataviaba a la Virgen. Al comenzar su fechoría, el malhechor escuchó en lo profundo de su conciencia el llanto de un niño que parecía proceder de la imagen del Niño Jesús.

Asustado y con el temor de ser descubierto, el ladrón tapó la boca del niño, pero al sentir su mirada y notar las joyas de sus ojos, lo arrancó de los brazos de la virgen y lo colocó en el costal junto con los objetos robados y huyó hacia el cerro de Punjuato, donde desesperado por el continuo llanto que escuchaba sacó un punzón y arrancó los ojos del niño para extraer las esmeraldas. Para su sorpresa la imagen derramó lágrimas de sangre. Algunas versiones cuentan que el hombre, exasperado, mutiló los brazos y las piernas de la imagen. Asustado por aquel prodigio abandonó al niño en un agujero.

Al día siguiente los padres mercedarios se dieron cuenta del robo así como de la desaparición del niño que la Virgen llevaba en sus brazos y de inmediato dieron parte a las autoridades, quienes después de una larga investigación identificaron al ladrón y lo arrestaron. En su declaración, el delincuente confesó el sacrilegio y el portento del que fue testigo, revelando el lugar donde había abandonado la imagen.

Se dice que un indígena encontró al niño y lo llevó de regreso al templo, donde fue recibido con mucha tristeza y en su honor se realizaron actos de expiación y desagravio por aquella terrible profanación. El Padre Superior de los mercedarios, Francisco José Miguel Durán de la Huerta, tomó la decisión de enviar la imagen al convento de las Capuchinas en Puebla para que fuera restaurado y resguardado en aquél lugar por tratarse de un sitio expiatorio que conserva algunas imágenes de culto profanadas.

Fue la abadesa del convento, sor María Manuela Josefa la encargada de recibir la imagen, y tras una misa solemne, fueron reparados los daños que sufrió, sin embargo, se tomó la decisión de no colocarle los ojos para respetar el milagro del llanto de sangre y desde entonces se le dio el nombre de «El Santo Niño Cieguito».

Además fue revestido con los símbolos de la Pasión de Cristo: cabellera, una corona de espinas con tres potencias, cendal, una cruz en la mano derecha y una bandeja con dos ojos en la mano izquierda recordando la profanación y los ultrajes de los que fue objeto.

Actualmente la imagen original del «Niño Cieguito» se puede observar en una ventana del convento de las Capuchinas, rodeado de milagritos y otros exvotos que dan fe de los milagros que el Niño Jesús concede a quienes se acercan a él con confianza. El templo de San Joaquín y Santa Ana ubicado a un costado del convento, es la sede de la devoción del “Niño Cieguito”. A un costado del altar mayor se encuentra una réplica de la sagrada imagen con los símbolos que lo identifican, a la que visitan fieles y curiosos, para conocer y dejar sus peticiones en manos de esta advocación del Niño Jesús a la que se le atribuyen milagros como la sanación de enfermedades de la vista. También la cura de cáncer y otras enfermedades terminales.

La imagen con que cuenta la familia «Tapia Capetillo» es una réplica de la original. Le fue entregada a un miembro por las madres Capuchinas.

Una persona quedó de recogerla, como no se presentó le fue entregada al vecino de esta cabecera municipal. Desde entonces cada 10 de agosto, en el barrio de Nuestro Padre Jesús se reúnen decenas de fieles para celebrar la fiesta del “Niño Cieguito”, de quien dicen ha hecho milagros a gente de este lugar. La fiesta se organiza para conmemorar el aniversario de aquel fatídico día en que fue profanado.

Para alegrar al niño, la gente lleva ofrendas como juguetes, flores y sobre todo contratan música.

Durante todo el día se presentan grupos musicales. La celebración termina por la noche gracias a que la familia se quiso hacer cargo de la imagen del «Santo Niño Cieguito».

Si alguna persona desea visitar la imagen puede hacerlo a cualquier hora del día en la calle Lindavista, casi esquina con Ocampo.

Los comentarios están cerrados.