- El pizcador se levanta temprano para ganarle al sol
Por BETO GUERRERO.- Decir que el “litro” de chile “piquín” vale 300 pesos, podría resultar caro para muchos, pero quienes se dedican a la pizca, aseguran que hasta es poco.
Para empezar no cualquiera se adentra en la sierra en busca de matas. Tampoco son bastantes los que se atreven, estando solos entre el monte a trepar a un árbol para cortar chile. El riesgo de caer o ser picados por víboras o insectos es alto.
El “chile piquín” es de lo más codiciado en nuestro país. El preciado vegetal se localiza entre montes y arroyos de la zona media y altiplano.
Hay de varios tipos. Dicen que el más sabroso se da en la zona media y altiplano, porque es chico y muy picoso.
El piquín surge en época lluviosa, y se puede cosechar de junio a noviembre.
En Cerritos, Villa Hidalgo, Guadalcázar y Villa Juárez el litro se vende entre 250 y 300 pesos, pero los comerciantes semifijos lo llegan a dar hasta en 500, porque los puesteros lo compran para después revenderlo al doble o triple, “según el sapo la pedrada”.
Lo difícil es encontrar matas con chile. El pizcador se levanta de madrugada para ganarle al sol. Prepara su lonche, agua y sale en busca del “oro verde”. Llega al monte, con ropa protectora de piquetes de insectos, tanto de los que solo hacen roncha, como zancudos, abejas o avispas, como de los que son venenosos como las arañas, pero también calza botas para evitar mordeduras de víboras de cascabel o coralillos.
A veces se halla de frente con un toro bravo, y “a correr se ha dicho”. Entonces debe de esquivar plantas espinosas como chaparros y cactáceas, así como alambres de púas y lodosos arroyos.
Pero “la necesidad tiene cara de hereje” y “trabajo es trabajo”, entonces el precio por litro de chile hasta “sale barato”.
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