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Hubo Palo Encebado en el barrio de San Juan

  • Paisanos y comercio organizado donaron regalos

Por FRANCISCO VALERO.- Nuevamente cobraron relevancia las carreras de Semana Santa que anualmente se realizan en el barrio de San Juan.

Esta ocasión los organizadores fueron Francisco Silva, mejor conocido como «El Aguacate» y Rafael Martínez Orozco.

La presencia de vecinos del barrio y asistentes de otras colonias y comunidades dieron realce al evento, el cual se vio concurrido el Viernes Santo y Sábado de Gloria.

Los organizadores llevaron a cabo una colecta entre el comercio organizado para realizar un palo encebado.

Colocaron en la parte alta todo lo recaudado. Hubo dinero, cerveza, abarrotes, ropa y muchas cosas más, todo fue donado por el comercio y por algunos paisanos, el objetivo fue que la raza disfrutara de un momento agradable con motivo de la semana mayor.

El Sábado de Gloria después de las tres de la tarde la gente empezó a congregarse en la esquina de Martín de Turrubiartes y Honorato Castillo, en el mero centro del barrio de «La Cantarrana».

Los participantes del Palo Encebado empezaron a hacer sus preparativos y a conformar equipos para llegar hasta lo más alto y obtener premios.

Hubo varios intentos, la gente a gritos daba ánimo a los participantes, los cuales no lograban avanzar hacia las alturas debido a que se resbalaban, pero volvían a hacer nuevos intentos.

El final el equipo de «El Piojo Mireles», como otros años volvió a llegar a las alturas y pudo quedarse con los premios, no sin antes haber pasado penurias, pues cuando faltaban escasos centímetros para llegar a lo alto, el último participante no lograba sujetarse y tuvieron que auxiliarlo con una escalera para que recobrara fuerzas y continuara su tarea.

En lo alto del poste empezó a rescatar los premios y sus compañeros a tratar de que no se dañaran en la caída.

Después de las cinco de la tarde volvieron a continuar las carreras de compromiso. Se habían acordado un día antes, y fueron varios los participantes, por eso la oscuridad invadió el lugar.

Los organizadores habían puesto luminarias, lo cual permitió que las carreras continuaran a pesar de la oscuridad reinante.

Muchas familias se dieron cita para presenciar el evento, el cual anualmente reúne a gran cantidad de gente.

El ambiente es para chicos y grandes, desafortunadamente la mayor parte de asistentes no portaban cubrebocas.

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