Es vital que se discuta en el seno de cada familia el alcance de esta elección y de todas las que vienen. Se debe participar con información y decidir por propia convicción, no por las presiones gremiales o dádivas presupuestadas. Debemos romper el cerco al ciudadano y empoderarnos para lograr que el municipio y la nación tenga una mejor perspectiva. Quienes están mas instruidos y participan desde la sociedad civil organizada, que no comulgan con ninguna ideología y tienen sentido crítico deben fomentar la discusión de las propuestas de cada uno de los candidatos, desde una plataforma ciudadana. Ejemplos la plataforma ACTUA en el TEC de Monterrey. Creo que sería factible reproducir ese formato de manera local, nos daría otra dimensión de la realidad y de lo que está en juego en nuestro municipio.
Por Cuauhtémoc Nieto Sanjuanero.- El primero de julio casi 80 millones de mexicanos estamos convocados a las urnas para ser partícipes de la democracia nacional. Una democracia que la calificaría como intra útero, en gestación. Por tanto, es verdaderamente frágil. A mas de 200 años, aun pesa una “independencia” que no ha logrado consolidarse, que no ha podido dar garantías de un proceso trasparente apegado a derecho y respaldada por instituciones fiables ante la opinión pública.
Esta elección ha sido catalogada como la más importante de toda la historia contemporánea. Ciertamente hay mucho en juego.
Estas líneas tienen como objetivo llamar la atención de todos los ciudadanos, sin importar ideología, partido, ni favoritismo hacia tal o cual candidato. Trato de hacer énfasis en la importancia de la participación ciudadana y convocar a todos a razonar su voto. Pero sobre todo a votar.
El voto ciudadano es la herramienta mas eficaz para darle voz a quienes por norma nunca protestamos. Gracias a tantas fórmulas, somos en estos momentos ciudadanos sometidos y acosados por los políticos para que les entreguemos el poder, quien más votos tenga es quien gobierna, en teoría lo hará para todos. La nulidad del sufragio (voto) tampoco es la opción porque la ley electoral vigente no contempla ninguna acción en caso de que gane la nulidad, los únicos que ganan son los partidos.
El ciudadano está desencantado de la democracia a la “mexicana”. Hay bajos índices de participación, habitantes desinformados, poco politizados, nos hacen pecar de bondadosos e ingenuos y para colmo aterrorizados por la campaña sucia. Gracias a los bajos índices educativos somos como niños de tres años, fáciles de engañar, fáciles de intimidar, de atemorizar.
Hemos visto que los grupos políticos que transitan por el poder solo se enriquecen año con año, heredan los cargos o traspasan el poder a otro grupo y siempre con un acuerdo entre las cúpulas de no tocar al que se va, léase impunidad.
Cerritos, como muchos municipios del país deberá elegir un nuevo alcalde o alcaldesa para el próximo trienio con posibilidades de reelección por tres años más.
Las características del municipio exigen un plan de gobierno bien diseñado y estructurado, que tenga soporte presupuestal y sea coherente. Con pleno apego a la austeridad. Y que al final de su gestión entregue cuentas claras sin déficit financiero y con resultados visibles en obra pública.
El programa de gobierno de los candidatos debe conformarse por propuestas realizables en materia de seguridad, salud, combate a la corrupción, fomento a la educación media, técnica y superior, fomento al campo y a las PYMES, recursos hidráulicos y cuidado del medio ambiente, prevención de desastres y en materia migratoria. Creo serían los ejes fundamentales. ¿Existirá el calibre técnico y profesional entre los contendientes para sacar adelante una propuesta de este tamaño?
Pero no es suficiente con que los candidatos hablen y propongan, (entiéndase demagogia) se necesita un proyecto definido que diga cuáles serán los objetivos por alcanzar, el cómo y el cuándo lograrlos; y que dicho programa sea expuesto ante los ciudadanos para poder elegir el más coherente de acuerdo con el contexto en que se vive.
El diseño y ejecución de políticas públicas requiere la participación de todos. Mas allá del asistencialismo, que lo único que genera es pobreza, siendo la más brutal de ellas la “pobreza mental”, porque se esclaviza al beneficiado a la caridad pública y lo limita a depender de la dádiva. Lo convierte en un sujeto manipulable y controlable ante los intereses de la clase política. Ejemplos sobran: PROSPERA; PROCAMPO; salario rosa, etc, etc. Con el tiempo es más fácil estirar la mano y recibir la limosna que impulsar un proyecto de desarrollo y promover la sustentabilidad de la comunidad con la participación de todos sus habitantes: “enseñar a pescar”, enorme utopía.
Como ciudadanos es nuestra obligación conocer las plataformas políticas de cada uno de los candidatos y partidos (son públicas y están en la página del INE, y los invito a que las lean), las instituciones deben educar al ciudadano en materia política (para eso sirven las clases de civismo, debates, foros en universidades, etc.), para que seamos críticos a la hora de elegir un nuevo gobierno, y que en caso de que no cumpla sus funciones, y basado en derecho, hacerlo dimitir (creo que sería válida la revocación de mandato) y no dejar en manos de la cúpula la toma de las decisiones. La democracia es el mejor sistema de gobierno, pues exige el actuar de todos en la toma de decisiones, solo que como ciudadanos somos apáticos, irresponsables, nulos en cuanto a participación política y callamos los actos de corrupción que vemos día a día, unos por no perder el puesto, otros por temor a represalias, otros por ignorancia y otros porque estamos hartos y preferimos evadir la responsabilidad. Por tanto somos presas fáciles de los políticos que con caridad y a bajo costo compran la voluntad ciudadana: aplica la frase “pan para hoy, hambre por todo el sexenio -localmente tres años-“. El contrapeso que supone la ciudadanía al gobierno, para que este no diluya los derechos individuales y colectivos es casi inexistente y se debe a la poca responsabilidad (se agranda el problema al añadir la ignorancia) de la ciudadanía, no conocemos nuestros derechos y menos sabemos cuáles son nuestras obligaciones. En esta democracia nuestra, a la mexicana, el que mas invierte es quien más gana. Si un político invierte su dinero en la campaña, es seguro que está haciendo negocio, porque los beneficios que deja el cargo son mayores a la inversión. Así vemos como se tejen los hilos de la política nacional donde hablan ya de declinaciones de unos en favor de otros por presiones del sector empresarial; ¿seremos los mexicanos tan inocentes y faltos de razón como para depositar nuestra confianza en políticos como estos, que negocian en lo oscurito, con la más alta élite del país?
Ante circunstancias como esta es donde el ciudadano debe vigilar, protestar y exigirle a la clase política transparencia, congruencia, y responsabilidad. En el voto se juega el futuro de este país. Y si callamos somos cómplices de la corrupción y la impunidad.
Es vital que se discuta en el seno de cada familia el alcance de esta elección y de todas las que vienen. Se debe participar con información y decidir por propia convicción, no por las presiones gremiales o dádivas presupuestadas. Debemos romper el cerco al ciudadano y empoderarnos para lograr que el municipio y la nación tenga una mejor perspectiva. Quienes están mas instruidos y participan desde la sociedad civil organizada, que no comulgan con ninguna ideología y tienen sentido crítico deben fomentar la discusión de las propuestas de cada uno de los candidatos, desde una plataforma ciudadana. Ejemplos la plataforma ACTUA en el TEC de Monterrey. Creo que sería factible reproducir ese formato de manera local, nos daría otra dimensión de la realidad y de lo que está en juego en nuestro municipio.
Petición muy personal, a todos los contendientes, dejen la guerra sucia, las descalificaciones y concéntrense en las propuestas, hagan política y no politiquería. Demuestren que son dignos de confianza y tienen la capacidad técnica y moral suficiente para gobernar. Conquisten el favor popular con propuestas reales y no con caridad y regalías (compra de votos). Sean coherentes y transparentes, porque estarán sujetos del escrutinio público durante los próximos dos meses.
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