El juego de la cabra, una práctica tradicional que aún persiste en comunidades de Guadalcázar, ha generado una reflexión entre habitantes de Cerritos sobre el valor de las antiguas costumbres. Este juego centenario, que algunos aseguran tiene raíces árabes y fue traído a la región por los españoles, consiste en una competencia entre jinetes que tiran de una cabra sacrificada. La meta es avanzar con el cuerpo del animal mientras los demás intentan detenerlo, en un despliegue de destreza ecuestre que ha perdurado por más de 300 años.
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En el corazón de Cerritos, el barrio Santa Cruz se erige como un museo viviente, donde cada piedra y esquina guarda la esencia de generaciones pasadas. Este rincón histórico, con sus calles ahora pavimentadas, ha sido testigo silencioso del devenir del tiempo y de las vidas que han transitado por él desde tiempos inmemoriales.
El domingo 15 de septiembre, la presidenta municipal de Villa Juárez, Lisa Avigaíl Izaguirre Rico, junto a su esposo, Juan Manuel Almazán Ruiz, presidente del Sistema Municipal DIF, y otros funcionarios locales, acudieron a la localidad de La Cardona para inaugurar el nuevo templo de la comunidad. Este proyecto fue posible gracias a la correcta administración de los recursos del Ayuntamiento, destacando el compromiso del gobierno municipal con las comunidades rurales.
El 6 de septiembre, la LXIII Legislatura del Congreso del Estado de San Luis Potosí realizó la donación de los Decretos Históricos de 1923 a los presidentes municipales de Cárdenas y Guadalcázar. Estos documentos, de gran relevancia histórica, reflejan decisiones legislativas clave que marcaron el rumbo político y social de la entidad durante el siglo pasado. La donación tiene como objetivo preservar y difundir la historia local, además de fortalecer el vínculo entre las autoridades municipales y el patrimonio documental del estado.
En los años 70, un grupo musical llamado "Exorcista" surgió en Cerritos, recordado por amenizar fiestas y eventos populares de la época. Entre sus miembros se encontraban Guadalupe "El Polivoz" Mata, Gabriel, Ovidio Hernández Macías y J. Antonio Torres, quienes ensayaban en el Hotel San Antonio, bajo el patrocinio de Constantino Argüello, Costurín. Pancho Mata, uno de los integrantes, recuerda con nostalgia su papel como percusionista, mientras "El Polivoz" tocaba el bajo eléctrico, Toño Torres la guitarra, y Gabriel, actualmente mecánico en Mezquites, dominaba el teclado y el acordeón.